Los Pazos de Ulloa – breve comparación entre el libro y su adaptación televisiva

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Encontrar diferencias entre el libro “Los pazos de Ulloa” de Emilia Pardo Bazán y su adaptación televisiva realizada por Gonzalo Suárez resultó siendo un trabajo bastante difícil. La miniserie representa casi la fiel adaptación de la novela.

Entre las pocas diferencias, la mayor de ellas se refiere al hecho de que la película anula completamente la imaginación, perdiendo el misterio que el libro te da. Sobre el camino de Julián hacia los Pazos de Ulloa, que de hecho representa el comienzo de la narración, solo se puede mencionar que el libro muestra más detalles, detalles que en la película no son tan evidentes.

Firma original de Emilia Pardo Bazán, Foto: commons.wikimedia.org

La miniserie empieza con el sacerdote Julián montando su burro.

De repente, se oyen unos disparos. Julián se encuentra con tres hombres y dice: “No disparen, no disparen. Soy hombre de paz. ¿Voy bien hacia la casa del marqués de Ulloa?” (La miniserie, Capítulo 1). Inmediatamente se da cuenta de que se ha encontrado con el propio marqués don Pedro: “¿No será usted por un casual el señor marqués de Ulloa?” (La miniserie, Capítulo 1).

Al leer el libro, me imaginaba un Julián más joven pero, al ver la miniserie, me encontré con un hombre de casi 40 años. Lo mismo pasa respecto al personaje don Pedro. En el libro, el marqués es descrito como un hombre igual de joven, pero su rostro de la película muestra más años.

Durante el desarrollo de la miniserie televisiva se pueden observar algunas pequeñas diferencias, diferencias que no son de mucha importancia. En el libro, el acompañante de Julián es un caballo, un rocín. Por otra parte, en la película se trata de un burro. Después, en el momento en que Julián llega a los Pazos, “la gran puerta central parecía cerrada a piedra y lodo” (Pardo-Bazán, Los pazos de Ulloa: p. 5), puerta que en la película se mantiene abierta.

En algunas ocasiones, el productor de la miniserie añade escenas para un buen desarrollo de la historia. Por exemplo, unas de las escenas que faltan en el libro son las escenas en donde unas brujas le daban las cartas a Sabel, la amante del marqués, o donde Julián se entera que Perucho, el hijo bastardo del marqués, no sabe escribir. Este tipo de escenas tienen el propósito de mantener viva la atención del telespectador.

Aunque el productor ha añadido algunos acontecimientos, también ha omitido otros. Si vemos solo la película, no nos enteramos de muchas cosas. De esa manera, el productor cambia un poco los hechos de la historia.

El capítulo 2 de la serie de televisión comienza con una pesadilla de Nucha, escena que falta en el libro. Probablemente, esa escena fue incluida para darle al telespectador algunos indicios sobre las cosas que van a seguir. También nos enteramos que Don Pedro ha pedido la mano de Nucha, pero faltan los detalles sobre la boda. Esos detalles las encontramos en el capítulo XI del libro, capítulo que representa el fin del tomo primero.

Una de las pocas escenas amorosas entre Don Pedro y su esposa Nucha presentes en la miniserie y no descritas en el libro, son las escenas en donde se nos releva que Nucha está embarazada. 

La película representa casi la fiel adaptación del libro, pero la novela da más detalles. La película intenta explicar todo más brevemente, como si fuera un resumo del libro. Una película tiene un tiempo limitado, y solo usando esta técnica se puede contar la historia o por lo menos los más importantes detalles.

Los pazos de Ulloa 1886, Foto: https://commons.wikimedia.org/

Como era lo normal, en el libro predomina la narración. Encontramos acontecimientos descritos en detalle, teniendo también una cierta libertad de imaginar hechos, paisajes, personajes, pero también hay mucho diálogo. En cambio, en la miniserie predomina el diálogo y la música. La novedad supone la aparición de un elemento  no muy común para las películas. A veces interviene el narrador: “La melancólica imagen del pazo de Liñoso oprimía el ánimo con la inexplicable tristeza de las cosas que se van” (La miniserie, Capítulo 2).

Tal vez te parezca más fácil ver una miniserie que leer un libro de 100 o 200 páginas, pero te aseguro que un libro siempre será una mejor elección.

¿Y tú, qué opinas? ¿Cuál prefieres más? ¿El libro o la película?

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