Recientemente entré en ese fantástico mundo de YouTube y empecé a abrir vídeos al azar. En la medida que iba yo abriendo y cerrando canales, el mismo “señor youtube” me sugería temas que tomando en cuenta mis anteriores revisiones. Huyéndole a la tutoría que quería imponer decidí cerrar y empezar de nuevo; al hacerlo me dio la bienvenida un hombre con evidente acento castizo con el título de La ortografía chilena.
Me pareció una irrazonable título y decidí dedicar tiempo a escucharlo. Para mi sorpresa era cierto: existe una ortografía chilena.
Esta ortografía estuvo vigente y aplicada exclusivamente en del país austral entre los años 1844 y 1927
El Gobierno chileno adoptó como normas para la ortografía nacional, las propuestas contenidas en el artículo denominado “INDICACIONES SOBRE LA CONVENIENCIA DE SIMPLIFICAR y UNIFICAR LA ORTOGRAFÍA EN AMERICA” publicado por el insigne hombre de las letras venezolanas Andrés Bello en coautoría con el político colombiano Juan García del Río. Este artículo fue publicado en el año 1823 en la revista “La biblioteca Americana o Misceláneas de Literatura, artes y Ciencias (Londres)”.
Pretendía simplificar el uso del idioma, dar a la lengua castellana una dinámica sencilla, evitando quebraderos de cabeza innecesarios por las posibles faltas ortográficas y hacer del uso del idioma un ejercicio sencillo y completo.
Está ortografía nacional chilena, dada la enorme autoridad de Andrés Bello en el ambiente literario americano, pudo haber extendido su influencia por el resto de los países americanos, de no haber sido porque, en ese mismo año 1844 la Reina Isabel II publicó la Real Orden que hacía obligatoria en toda la península Ibérica, las normas ortográficas dictadas por la Real Academia de la Lengua Española, siendo ésta poco a poco acogida por el resto de los países hispano hablantes hasta que el propio chile la aceptó también en 1.927, dejando en desuso su gramática nacional.
Autor: Jose Gerardo Sanchez Calderon
