En 33 regiones el número de afiliados que financian las pensiones es inferior a 2 por prestación.
España es un país cada vez más envejecido y, por consiguiente, también lo es su mercado laboral. A pesar de que el número de afiliados a la Seguridad Social rompiera por primera vez la barrera de los 20 millones a principios de año, no es suficiente para sostener a los casi 10 millones de pensionistas que hay actualmente en nuestro país. Esto es una relación de apenas dos cotizantes por prestación; una ratio que se ha mantenido prácticamente igual desde que hay registros y que dificulta la viabilidad del sistema. Pero esta proporción no es igual en todo el país. Existen diferencias territoriales significativas que oscilan desde los casi tres afiliados por pensión que hay en Madrid o Almería al 0,97 de Ourense, la única región española en la que el número de prestaciones es ya superior al de afiliados. En total, la provincia gallega tiene 103.650 trabajadores en activo para sostener 106.523 pensiones.
Son las regiones del noroeste las que presentan los datos más preocupantes y las que ponen en jaque al sistema de pensiones. Asturias es la comunidad autónoma con la ratio más baja de España. En total, el Principado tiene 371.237 afiliados a la Seguridad Social y 299.291 pensionistas, por lo que la relación es de apenas 1,24 trabajadores por prestación. Según los informes del Ministerio de Seguridad Social, el 11% (33.238) de los pensionistas asturianos eran trabajadores de la minería, un sector en el que la mayoría de sus empleados se prejubilan y son precisamente estas prestaciones el principal sustento de la economía de la región, fuertemente golpeada por el envejecimiento y la despoblación. En el último año, la comunidad perdió cerca de 6.700 personas y la edad media de los asturianos superó los 49 años, cinco más que la del país. Además, los mayores de 65 años ya representan el 27% de la población, de acuerdo con el último padrón del INE.
La mayor parte de las prestaciones que se abonan son de jubilación, es decir, las de mayor cuantía. En España, una de cada cinco personas empadronadas en 2022 tenía 65 años o más, siendo la primera vez que este grupo alcanza el 20% de la población residente. Cada vez hay más pensionistas y esta tendencia se prolongará en el tiempo cuando la generación del baby boom (los nacidos entre 1957 y 1977) empiece a jubilarse a partir del 1 de enero del próximo año. Nuestro país se encuentra en una profunda crisis demográfica en la que no sólo es cada vez más numerosa la población mayor, sino que apenas se registran nacimientos. De hecho, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, en España no nacían tan pocos niños desde la posguerra. Cuando llegue el momento en el que la generación más numerosa de nuestro país empiece a retirarse del mercado laboral, no habrá relevo generacional que aguante el sistema. De esta forma, la ratio cotizante pensionista se irá reduciendo con los años.
Para evitar el colapso, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá deberá mantener en el tiempo el récord de afiliados que ha conseguido este año, al superar por primera vez en la historia los 20 millones. El pasado mes de abril, el titular de la cartera anunciaba que se había llegado a los 20.019.080 cotizantes; en octubre esta cifra ha escalado hasta los 20.44.325. Además, entre sus objetivos para el año que viene se encuentra, la incorporación del mayor contingente de trabajadores extranjeros de la historia para hacer frente a esta situación.