Miles de colombianos protestaron el lunes, 21 de septiembre, contra la violencia de las fuerzas del orden y contra la política del gobierno. Las protestas en Colombia surgieron después de que un hombre falleció por ser electrocutado y golpeado por la policía, informa la AFP y el DPA.
Las protestas fueron conducidas por sindicalistas y estudiantes.
Los protestatarios tuvieron que enfrentarse con las fuerzas de seguridad de Bogotá. El centro de las protestas fue la capital de Colombia, pero estos movimientos también tuvieron lugar en otras ocho ciudades. Algunos manifestantes arrojaron con piedras en los agentes de policía. Como consecuencia, los policías respondieron con gases lacrimógenos.
Para combatir las acciones violentas, en Bogotá tuvieron que intervenir las fuerzas especiales de la policía. Según declaró el jefe de la Policía, el general Oscar Atehortua, intervenciones de ese tamaño también tuvieron lugar en Medellín, en el noroeste de Colombia, y en Pasto, en el suroeste. El general Atehortua añadió que al menos nueve personas han sido detenidas por participar en la destrucción de unas agencias bancarias e instalaciones públicas.
La policía declaró que tuvieron lugar un total de 142 manifestaciones en donde participaron 5.600 personas.
El lunes, el tribunal ordenó la prisión preventiva de dos policías, acusados por tortura y homicidio en forma grave. La muerte de Javier Ordóñez, que presuntamente violó las restricciones pandémicas, llevó a otras manifestaciones en las cuales miembros de las fuerzas de seguridad abrieron el fuego y mataron a 12 personas. Ahora se están realizando investigaciones en contra de aquellos quienes intervinieron y tomaron estas graves medidas.
También resultaron miles de heridos, incluidos muchos de los miembros de las fuerzas de seguridad, mientras que decenas de comisarías fueron destruidas.
Es conocido el hecho de que en las últimas décadas, han estallado algunos conflictos en Colombia, por causa de diversos intereses y malentendidos entre los cárteles de los narcotraficantes, las guerrillas armadas (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) o las fuerzas paramilitares (Autodefensas Unidas de Colombia), que muchas veces degeneraron y terminaron con la muerte de algunos de ellos.
En los últimos años se ha trabajado en la implementación de diversas iniciativas para reducir la delincuencia. Durante el gobierno del presidente Andrés Pastrana Arango (1998-2002), se llevaron a cabo algunos negociaciones, pero los resultados fueron parciales. Después se implementó el Plan Columbia, que tuvo un doble propósito: el de poner fin a los conflictos armados y también promover una fuerte estrategia antidrogas. En el período siguiente, bajo la presidencia de Álvaro Uribe, se ejerció presión sobre los grupos armados, lo que tuvo el efecto de reducir los secuestros y la criminalidad.