Recoge los dientes que dejamos bajo la almohada y deja en su lugar un regalo – el hada de los dientes es parte de la infancia de cada uno de nosotros. Este personaje mítico es celebrado el 28 de febrero; con esta ocasión, descubramos su origen y sus variantes en el mundo entero.
Origen nordica
Las primeras menciones de una costumbre semejante al hada de los dientes aparecen en las Eddas, unas de las más tempranas fuentes sobre la mitología nórdica. Escritas en los 1200s, mencionan la tand-fé, una tasa que se pagaba cuando los niños perdían su primer diente. Como se creía que los dientes de leche y otras cosas asociadas a los niños traían buena suerte, los hombres de Escandinavia llevaban collares con dientes de niños mientras luchaban en la guerra.
Los niños se deshacían de sus dientes en varias culturas, por razones diferentes. En Inglaterra, a los niños se les decía que quemaran sus dientes caídos para que tuvieran paz en la otra vida. En caso contrario, iban a pasar una eternidad después de la muerte buscando sus dientes. Otra razón para deshacerse de los dientes era la creencia en la brujería – se creía que, teniendo control sobre tus dientes, las brujas podían hacerte gran daño.
El crecimiento de los nuevos dientes
Hay varias creencias relacionadas con el crecimiento de los dientes permanentes. En Europa medieval, la gente enterraba los dientes de los niños, para que crecieran dientes permanentes en su lugar.
Según una costumbre de Japón, los dientes de arriba se tiran directamente hacia el suelo, y los dientes de abajo, hacia el cielo, para que todos los dientes crezcan derechos.
Ratoncito Pérez y otros ratones de los dientes
En España e Hispanoamérica, el que recoge los dientes es Ratoncito Perez, conocido también como el Ratón Pérez o el Ratón de los dientes. Ratoncito Perez ya existía como personaje folclórico: aparece en dos cuentos de “Cuentos, oraciones, adivinanzas y refranes populares”, publicado en 1877.
Luis Coloma fue el que tomó este personaje y lo transformó en un tipo de hada de los dientes. En 1894, se le pide a Coloma que escribiera un cuento para Alfonso XIII, que en aquel momento tenía 8 años y acababa de perder su diente. El cuento que escribió trata como el Rey Buby, mote que la reina Maria Christina había dado a su hijo Alfonso. Cuando el rey-niño pierde su precioso diente, lo pone bajo su almohada, según la costumbre de todos los niños y escribe una carta para el Ratoncito Perez, que viene a recoger los dientes. Perez llega a ser tan conocido y apreciado que en Madrid hay una placa conmemorativa en la calle donde Coloma emplazó la vivienda del ratoncito.
El ratón como hada de los dientes existe en otras partes de Europa también, como Francia (la petite souris) e Italia (Topolino). En Escocia hay una creencia en una rata blanca que paga monedas para los dientes de los niños.
Otras partes de España mantienen sus propias costumbres. En Cataluña, los niños esperan a els angelets que recogan los dientes; en País Vasco, los dientes se tiran sobre el techo, donde los agarra Maritxu Teilatukoa, Mari la del tejado. En Cantabria hay una ardilla –L’Esquilu de los dientes – que cambia los dientes para regalos.
Fuentes:
Probablemente el personaje más emblemático de nuestras infancias es el Papá Noel – puedes descubrir sus orígenes aquí.